lunes, 3 de mayo de 2010

Notre Dame de París: un trabajo agradable


"Me encontraba en París, junto a la ribera del río Sena, contemplando extasiado el hundimiento de tres embarcaciones recién llegadas de la cantera de Bièvre y llenas a rebosar de bloques de piedra nuevecitos, listos para ser colocados en los futuros muros de una nueva catedral."


"...me caían mucho mejor estos constructores atrevidos que sus semejantes de dos siglos atrás, cuando sobre Occidente reinaba el oscuro románico, un estilo arquitectónico tan triste que sólo pudieron concebirlo un puñado de constructores hambrientos. La verdad es que la gente de la Baja Edad Media me sacaba de quicio. Estaban tan necesitados que ni siquiera tenían tiempo para la depravación."



"Adopté para ocasión la consistencia y el olor del incienso. Todo muy eclesiástico, en concordancia con el entorno. Me gusta cuidar los detalles."