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"—Bienvenidos, diabólicos espíritus —saludó Gerhardus—. Permitid que despeje vuestras dudas. Os encontráis en Mallorca con Sicilia."
"También estoy sobre las obras de la Sagrada Familia de Barcelona. Gracias a las influencias ejercidas sobre ciertos funcionarios municipales, logré que una nueva línea de tren pasara justo por debajo del templo. Creo que es sólo cuestión de tiempo que consiga…"
"Así pude ver que el sarcófago de oro macizo donde transportaban a mis tres amigos era el mismo que yo había conocido."
"Desde allí, la catedral parecía un gigante agazapado bajo las nubes."
"Conozco docenas de lugares llamados «Boca del Infierno», «Puerta del Infierno», «Garganta del Diablo» y cosas por el estilo, pero ninguno de ellos es realmente la entrada al Inframundo".
La Garganta del Diablo, de las cataratas de Iguazú (Argentina)
La Boca del Infierno del embalse de entrepeñas, en Sacedón (Guadalajara, España)
"La única que seguía allí, tal y como yo la había dejado, era la catedral."
"...se marchó dejándome en compañía de los cuatrocientos espíritus menores (más o menos) que viven en la catedral, que en mi presencia se hallaban bastante apaciguados."