"—Bienvenidos, diabólicos espíritus —saludó Gerhardus—. Permitid que despeje vuestras dudas. Os encontráis en Mallorca con Sicilia."
"También estoy sobre las obras de la Sagrada Familia de Barcelona. Gracias a las influencias ejercidas sobre ciertos funcionarios municipales, logré que una nueva línea de tren pasara justo por debajo del templo. Creo que es sólo cuestión de tiempo que consiga…"